Enseres
El microondas golpeaba al tostador y la
licuadora intervino en la pelea —sentí miedo y salí corriendo de la cocina—, en
la sala la lámpara de pie arremetía contra el tocadiscos que en ese instante
reproducía un disco de jazz; entonces la pianola —cual rinoceronte enfurecido—
se abalanzó sobre mí, la esquivé de milagro y se estrelló contra el ventanal
cayendo hacía la calle. Es todo lo que tengo que decir, señor Juez.
Sergio F. S. Sixtos
Jejeje qué bueno!!!
ResponderEliminarHola Marybel, hay que tener cuidado, los muebles son impredecibles.
Eliminar¡Muy bueno y divertido! :)
ResponderEliminarGracias Nélida, un abrazo.
EliminarMuy gracioso y divertido. La de excusas que somos capaces de inventar... Un saludo.
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